UNA BÁRBARA TÁRTARA ENZARZA Y ENGARZA UNA GÁRGARA EN EL MAR DE MÁRMARA



Frágil reptil retráctil
se erige y dirige
a dirimir miramientos,
finge como esfinge e infringe
reglas ortográficas y ortopédicas,
ortodoxo y heterodoxo a la vez, piensa:
las palabras agudas están graves,
las palabras graves están agudas,
las palabras esdrújulas...
perdieron la brújula.

Ando meando el meandro de Andrómeda
y un dromedario bromea en mi armario,
alardea y se ladea en su aldea
y si no ralea que relea la rea;
capaz que en paz,
la rapaz pasea y campea
y si no se lame ni relame, que ame,
porque el amor mora ahora
en la hora del oráculo,
cual opúsculo del opus
en un crepúsculo de pus.

Hoy ni voy ni soy ni doy,
sólo acudo al picudeo
que percude y repercute,
amputando y esputando ando,
imputando a aquel
anaquel con cancel,
que parte y reparte
la moneda y se queda
con la mejor parte, y aparte
al arte lo tapa con mala pata,
mejor que aparque en el parque,
para qué?
para que quepa el paquete en el retrete,
para que empaque y embale
el embole de la prole
en el émbolo de un bolo
o en un embudo burdo y absurdo
del zurdo que zurce de azul
su úlcera con cera lacerante,
picante ente que pica y repica y repite
como pito utilitario y pituitario pituto
que pisa la repisa, repasa y reposa,
y de paso palpita y palpa la papada parda
que emparda y enfarda;
se enfada el hada que ha dado
con duda un dado a dedo
donde el redondo y hondo
fondo funde y confunde
y se hunde como el mundo furibundo,
al que sin contemplación ni exhalación
exfolian, expolian y explotan
depredan, devastan, desbastan
se disputan e impugnan
cada partícula inexpugnada.

Hacer el quehacer y rehacer el acaecer
eso dice ese con creces y cruces,
el que cae de bruces,
suplica, replica, aplica la réplica
y a veces complica,
testea y tantea, tantas veces
reverdece y recrudece
que a veces cunde y acude el pánico,
volcánico y cárnico,
cómico ícono del encono,
horno mental, ornamental, 
porno elemental que acalora,
por eso ahora ora el orate, primate
al rescate del poco moco,
loco de remate;
ese caso del ocaso escaso,
acaso acoso a esa cosa?
si fuese ese el caso,
daría paso al repaso y al reposo
del oso polar, poroso y oloroso,
ansioso de osar ser soso y revoltoso,
revolucioario, evolutivo y voluble,
soluble ente con lente latente
que atento atenta contra la contra
y a favor del favor que le debo
(cual placebo de mancebo),
al cebo de la vela
que se desvela y revela
inflamando la flama,
clama con calma en el alma
palmo a palmo,
porfiada perfidia
iluminando la vida:
la mía,
la tuya,
la nuestra
la vuestra,
la de toda la humanidad.

Últimos estertores del Cubículo de Bariloche, 1 de julio de 2014

No hay comentarios:

Publicar un comentario